José Luis Lomas, profesor
de ESO en P. Poveda de Jaén
@jos_lomas
CON LAS LETRAS BIEN PUESTAS
Me pide SMconectados, para su sección de Buenas Prácticas, una reflexión sobre el papel de las asignaturas de
letras, en concreto de la asignatura de Lengua, dentro del
currículum.
Enlace: 'Con las letras bien puestas'
Enlace: 'Con las letras bien puestas'
Pero más que desde la
teoría, me gustaría aproximarme al tema desde mi experiencia a pie
de aula que se inició, tiza en mano, al salir de la Escuela de
Magisterio y pisar las aulas del Colegio Pedro Poveda, hace algo más
de treinta años, durante los cuales, sin excesivos bandazos, y
siempre como un aprendiz de brujo, he sobrevivido a las tres
fases connaturales al ser profesor: Sancho Bravo, Sancho Fuerte y
Sancho Panza ;-)
Existe una inquietud
social en torno al papel que debe jugar la escuela en la actualidad.
Inquietud que a los profesores de Lengua no nos es ajena porque
también nosotros seguimos preocupados por cómo llevar al aula el
adecuado desarrollo de la dimensión comunicativa de nuestro alumnado
y son más las incertidumbres que las certezas.
A revueltas con la
competencia lingüística
En mi opinión, se hace
necesaria una renovación didáctica en la enseñanza de la Lengua
que cuide mejor la pragmática del lenguaje y se aleje de la invasión
de contenidos teóricos que lastran la asignatura, atiborran al
alumnado y, a la postre, no ayudan a su competencia comunicativa.
Sabemos que el lenguaje
es algo natural y la lengua, nuestro instrumento más
inmediato para establecer la comunicación. En este contexto, enseñar
Lengua es ayudar al alumno a desarrollar su expresión, su
comprensión y su espíritu crítico, o más sencillo aún: facilitar
el escenario donde se hable, se escuche, se lea, se escriba y se
piense.
De lo anterior se
desprende que el logro de los objetivos de la asignatura de Lengua
debe ser el primer objetivo de las demás áreas o mejor dicho: el
desarrollo de todas las competencias no es posible sin el desarrollo
previo de la competencia lingüística, que no depende exclusivamente
del profesor de lengua, sino de todo el Centro escolar.
En busca de un enfoque comunicativo de la Lengua
Considero que la
competencia lingüística no se amplía aprendiendo normas
gramaticales, sintácticas o fonéticas, sino conociendo las variadas
posibilidades de expresarse según la intención comunicativa.
En mi opinión, más que
aprender sintaxis conviene ayudarles a emplear los medios léxicos y
fraseológicos que les permitan leer y escribir textos continuos y
discontinuos, textos narrativos, descriptivos, dialogados,
expositivos, argumentativos o de uso social. Más que memorizar una
cronología literaria llena de nombres, épocas y fechas, podemos
poner la mirada en nuestro alumno como lector y el acento en el
estudio de los recursos lingüísticos empleados por esos autores y
siempre en relación con el resto de las artes. Más que aprender
cuáles son las técnicas de expresión oral, pongámoslos a debatir,
a hablar en público, animémosles a participar en foros. Más que
pedirles que lean, leamos con ellos o mejor, pidámosles que
organicen un club lector.
Por supuesto que hay que
saber, pero mejor aún hay que saber hacer
(inteligencia ejecutiva, en palabras de Marina) y hacerlo con
espíritu crítico. Ya no nos podemos mover en un modelo transmisivo
sino en aquel en el que los alumnos, guiados por el profesor, son
capaces de construir sus propios conocimientos.
Tenemos nuevas
metodologías motivadoras como el aprendizaje basado en proyectos,
los itinerarios lectores, la clase al revés, el trabajo por
secuencias didácticas...
Frente a un sistema de
exámenes en los que los alumnos repiten lo que el profesor les ha
transmitido, existen otros instrumentos de evaluación y
autoevaluación como el portafolio donde los alumnos muestran las
evidencias de lo que saben, de sus logros y sus dificultades, o el
blog donde todos, profesor y alumnado, encontramos un espacio para
leer, reflexionar, crear y compartir en la red.. Juntos podemos
diseñar nuevos entornos de aprendizaje, que impliquen a las
familias, en los que el alumno sea el centro del proceso de
enseñanza-aprendizaje.
Un nuevo escenario de
alfabetización
Unido a lo anterior, con
la irrupción de Internet y las nuevas tecnologías, aquel objetivo
inicial de la Lengua que aprendí en mi época de estudiante de
magisterio: enseñar a hablar, leer y escribir ahora lo es también
'hacerlo con otros'. El aula es el lugar donde se habla, se
escribe, se expone, se debate, se elabora conocimiento y con ayuda de
las TIC se difunde y comparte con otros.
Las
nuevas formas de comunicación digital (redes sociales, webs,
blogs...) nos plantean nuevos retos: nuestros alumnos ahora
desarrollan nuevas prácticas de lectura y escritura (leen de una
pantalla y escriben en nuevos formatos de texto). No creo que sea
cierto que nuestros alumnos ya no leen o escriben, seguramente lo
hacen más que nunca, pero lo hacen con otros formatos que debemos
conocer y traer a nuestras aulas porque forman parte de su manera de
comunicarse entre sí dentro y fuera del aula.
Antes
he dicho que había más incertidumbres que certezas y al final sólo
he dejado algunas de las últimas pero la reflexión continúa,
afortunadamente hay muchos profesores de Lengua que siguen pensado
que otra educación es posible (la blogosfera está llena de ellos).
Parafraseando a Steve Jobs hay muchos que ponen amor, pasión y
entusiasmo en su profesión, que buscan la funcionalidad de la
asignatura que imparten, que son perseverantes, creativos, dispuestos
a conseguir lo mejor de sus alumnos, en libertad, con perspectiva,
simplicidad y reflexión, porque saben que el mayor valor que tienen
entre manos son sus alumnos.
Y
en eso estamos, en ayudarlos a poner las
letras bien puestas.