Sentada frente a la mesa, cerró la agenda y alargó su mano para dejar la pluma en el tintero. El flexo metálico dorado, encendido desde hacía un buen rato, desprendía su luz sobre los papeles posados en el vade y los libros apilados que cercaban la mesa de su escritorio. La ventana semiabierta, ya de noche, dejaba pasar el aire tibio de aquella recién estrenada primavera, pero esa tarde sólo había escrito una palabra en su dietario: ¡Fiat!
JOSEFA SEGOVIA MORÓN
María Josefa Segovia Morón nació en Jaén, España, el 10 de octubre de 1891. Murió en Madrid, el 29 de marzo de 1957. Fue la primera directora general de la Institución Teresiana.
Se graduó en la Escuela Superior del Magisterio de Madrid en 1913. Al concluir sus estudios regresó a su ciudad natal, Jaén. Allí san Pedro Poveda quería abrir una de sus Academias. Al conocer las excelentes referencias sobre Josefa Sogovia le ofreció la dirección de la misma. Al aceptar el cargo fue identificándose con la Obra de la Institución Teresiana que estaba en sus inicios, hasta comprometerse plenamente con el proyecto y con el seguimiento de Jesús.
San Pedro Poveda le escribió en una ocasión: “La gracia te hizo una criatura nueva, porque aún en lo natural te perfeccionó y elevó en tal grado que no pareces la misma”. “Declaro, pues y confieso (...) que en ti está encarnado el espíritu de la Institución Teresiana”. “Te dé el Señor perseverancia y que así como no pasó día, desde que te conozco, que no progresaras en virtud, sigas creciendo en ellas hasta que el Señor te lleve al cielo.”
Tenía 22 años cuando la conoció Pedro Poveda pero su juventud no fue obstáculo para que él pusiera en manos de una mujer joven la empresa que entonces se iniciaba.
Era el año 1913 y Josefa Segovia Morón acababa de graduarse en la Escuela Superior del Magisterio en Madrid. En 1911, durante sus años de Canónigo en el Santuario de Covadonga, Pedro Poveda había iniciado una Obra pionera en apoyo a las jóvenes que iniciaban sus estudios en las escuelas de Magisterio del Estado. Ya existía una Academia en Oviedo y otra en Linares. Ahora, él buscaba alguien preparado para asumir la dirección de la Academia para estudiantes de Magisterio que se iniciaba en Jaén.
Josefa Segovia aceptó el reto y de aquella colaboración primera surgió una gran compenetración con el Fundador de la naciente Asociación. Fue en Jaén en donde su proyecto recibió la aprobación eclesiástica y civil en 1917. El mismo Poveda había calificado la Obra como una ‘idea buena’ y Josefa Segovia abandonó sus planes de matrimonio y se entregó de lleno a la animación de las Academias que fueron surgiendo por toda España.