jueves, 27 de noviembre de 2014

Con las letras bien puestas, artículo de opinión en SMConectados

José Luis Lomas, profesor de ESO en P. Poveda de Jaén
@jos_lomas


CON LAS LETRAS BIEN PUESTAS

Me pide SMconectados, para su sección de Buenas Prácticas, una reflexión sobre el papel de las asignaturas de letras, en concreto de la asignatura de Lengua, dentro del currículum.

Enlace: 'Con las letras bien puestas' 

Pero más que desde la teoría, me gustaría aproximarme al tema desde mi experiencia a pie de aula que se inició, tiza en mano, al salir de la Escuela de Magisterio y pisar las aulas del Colegio Pedro Poveda, hace algo más de treinta años, durante los cuales, sin excesivos bandazos, y siempre como un aprendiz de brujo, he sobrevivido a las tres fases connaturales al ser profesor: Sancho Bravo, Sancho Fuerte y Sancho Panza ;-)

Existe una inquietud social en torno al papel que debe jugar la escuela en la actualidad. Inquietud que a los profesores de Lengua no nos es ajena porque también nosotros seguimos preocupados por cómo llevar al aula el adecuado desarrollo de la dimensión comunicativa de nuestro alumnado y son más las incertidumbres que las certezas.

A revueltas con la competencia lingüística

En mi opinión, se hace necesaria una renovación didáctica en la enseñanza de la Lengua que cuide mejor la pragmática del lenguaje y se aleje de la invasión de contenidos teóricos que lastran la asignatura, atiborran al alumnado y, a la postre, no ayudan a su competencia comunicativa.

Sabemos que el lenguaje es algo natural y la lengua, nuestro instrumento más inmediato para establecer la comunicación. En este contexto, enseñar Lengua es ayudar al alumno a desarrollar su expresión, su comprensión y su espíritu crítico, o más sencillo aún: facilitar el escenario donde se hable, se escuche, se lea, se escriba y se piense.

De lo anterior se desprende que el logro de los objetivos de la asignatura de Lengua debe ser el primer objetivo de las demás áreas o mejor dicho: el desarrollo de todas las competencias no es posible sin el desarrollo previo de la competencia lingüística, que no depende exclusivamente del profesor de lengua, sino de todo el Centro escolar.

En busca de un enfoque comunicativo de la Lengua

Considero que la competencia lingüística no se amplía aprendiendo normas gramaticales, sintácticas o fonéticas, sino conociendo las variadas posibilidades de expresarse según la intención comunicativa.

En mi opinión, más que aprender sintaxis conviene ayudarles a emplear los medios léxicos y fraseológicos que les permitan leer y escribir textos continuos y discontinuos, textos narrativos, descriptivos, dialogados, expositivos, argumentativos o de uso social. Más que memorizar una cronología literaria llena de nombres, épocas y fechas, podemos poner la mirada en nuestro alumno como lector y el acento en el estudio de los recursos lingüísticos empleados por esos autores y siempre en relación con el resto de las artes. Más que aprender cuáles son las técnicas de expresión oral, pongámoslos a debatir, a hablar en público, animémosles a participar en foros. Más que pedirles que lean, leamos con ellos o mejor, pidámosles que organicen un club lector.

Por supuesto que hay que saber, pero mejor aún hay que saber hacer (inteligencia ejecutiva, en palabras de Marina) y hacerlo con espíritu crítico. Ya no nos podemos mover en un modelo transmisivo sino en aquel en el que los alumnos, guiados por el profesor, son capaces de construir sus propios conocimientos.

Tenemos nuevas metodologías motivadoras como el aprendizaje basado en proyectos, los itinerarios lectores, la clase al revés, el trabajo por secuencias didácticas...

Frente a un sistema de exámenes en los que los alumnos repiten lo que el profesor les ha transmitido, existen otros instrumentos de evaluación y autoevaluación como el portafolio donde los alumnos muestran las evidencias de lo que saben, de sus logros y sus dificultades, o el blog donde todos, profesor y alumnado, encontramos un espacio para leer, reflexionar, crear y compartir en la red.. Juntos podemos diseñar nuevos entornos de aprendizaje, que impliquen a las familias, en los que el alumno sea el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Un nuevo escenario de alfabetización

Unido a lo anterior, con la irrupción de Internet y las nuevas tecnologías, aquel objetivo inicial de la Lengua que aprendí en mi época de estudiante de magisterio: enseñar a hablar, leer y escribir ahora lo es también 'hacerlo con otros'. El aula es el lugar donde se habla, se escribe, se expone, se debate, se elabora conocimiento y con ayuda de las TIC se difunde y comparte con otros.

Las nuevas formas de comunicación digital (redes sociales, webs, blogs...) nos plantean nuevos retos: nuestros alumnos ahora desarrollan nuevas prácticas de lectura y escritura (leen de una pantalla y escriben en nuevos formatos de texto). No creo que sea cierto que nuestros alumnos ya no leen o escriben, seguramente lo hacen más que nunca, pero lo hacen con otros formatos que debemos conocer y traer a nuestras aulas porque forman parte de su manera de comunicarse entre sí dentro y fuera del aula.

Antes he dicho que había más incertidumbres que certezas y al final sólo he dejado algunas de las últimas pero la reflexión continúa, afortunadamente hay muchos profesores de Lengua que siguen pensado que otra educación es posible (la blogosfera está llena de ellos). Parafraseando a Steve Jobs hay muchos que ponen amor, pasión y entusiasmo en su profesión, que buscan la funcionalidad de la asignatura que imparten, que son perseverantes, creativos, dispuestos a conseguir lo mejor de sus alumnos, en libertad, con perspectiva, simplicidad y reflexión, porque saben que el mayor valor que tienen entre manos son sus alumnos.
Y en eso estamos, en ayudarlos a poner las letras bien puestas.

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