martes, 15 de mayo de 2012

¿A Juan le gustan mucho los dulces o A Juan le gusta mucho los dulces?

CONSULTORIO DE DUDAS


Estimado Jose Luis, tengo una pequeña duda en una oración de un examen suyo que he podido ver y es la siguiente:
A Juan le gustan muchos los dulces.
Mi pregunta sería la siguiente, por qué los dulces actúan como sujeto y no como CD; no sería el sujeto a Juan ( ya que al preguntarle a quién le gustan muchos los dulce, la contestación sería a Juan).
Un Saludo
Coral Montilla


Estimada Coral:

Al ponerse en contacto conmigo a través del cuestionario de contacto del blog, desconozco su dirección de correo electrónico pero le respondo a través de esta entrada:

Es frecuente su duda... Hay una regla de oro en la concordancia: El sujeto y el verbo siempre concuerdan en número


El niño juega (singular)
Los niños juegan (plural)


En la oración que me indica el verbo está en plural y por tanto su sujeto también debe estar en plural. 

Pasémoslo a singular:

A Juan le gusta el dulce (es decir, El dulce le gusta a Juan). En este caso el sujeto es El dulce y el predicado le gusta a Juan. (A Juan es el C.I del verbo gustar)...


Son oraciones con una estructura similar las siguientes:


A mí me gusta el cine. A mí me gustan las películas.
A mis hijos les encanta el fútbol. A mis hijos les encantan los deportes.
A Juan le gusta el plan. A Juan le gustan las rosquillas.

Por otro lado, para descubrir el sujeto debemos preguntar quién, quiénes o qué al verbo, pero nunca a quién o a quiénes.... porque el sujeto nunca va precedido de una preposición...

Espero haberle o haberla ayudado...


Aprovecho esta ocasión para traer estas palabras de Pedro Salinas en 1948 en defensa del lenguaje:


“Poquísimo me queda por decir. Quise que este discurso fuese un recordatorio acaso no inoportuno del todo en este hermoso pueblo y en este difícil momento del valor incomparable de la lengua para la vida del ser humano y para los fines de una sociedad pacífica y fecunda. No hay duda de que en la palabra cordial e inteligente tiene la violencia su peor enemigo. ¿Qué es el refrán español de “hablando se entiende la gente” sino una invitación a resolver por medio de palabras los antagonismos? Las instituciones creadas para que los asuntos públicos sean regidos por el consenso de muchos, y no por la voluntad de uno, se llaman desde la Edad Media, parlamentos, lugar donde se parla o se habla. Para solicitar la suspensión de la lucha se envía un parlamentario. Se ha advertido que el dictador más conspicuo de la historia, el canciller Hitler, desmesura el lenguaje humano y sacándolo del noble tono de la elocución normal lo lleva al rugido, al grito histérico y a los efectos fonéticos animales. Cabe la esperanza de que cuando los hombres hablen mejor, mejor se sentirán en compañía, se entenderán más delicadamente. La lengua es siempre una potencia vinculadora, pero su energía vinculatoria está en razón directa de lo bien que se hable, de la capacidad del hablante para poner en palabras propias su pensamiento y sus afectos.Sólo cuando se agota la esperanza en el poder suasorio del habla, en su fuerza de convencimiento, rebrillan las armas y se inicia la violencia”.
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